ORACIONES POR LOS ENFERMOS
Oración de un Enfermo Invalido

Oracion por un niño Enfermo


Oración a la Virgen de los Enfermos


Oración por un Enfermo


Oración por un Enfermo Grave


Oraciones del Enfermo
Bendición de los Enfermos

Oracion por los Enfermos


Consagración del Enfermo a Nuestra Señora


Oración para pedir la Salud


Oracion para aceptar la Voluntad de Dios



Señor me Pongo en tus Manos

Seños hágase tu Voluntad


Señor me Creía Solo

Señor Transforma Todos mis Sufrimientos

Señor Soy Debil


Invocación a Cristo

Oración del Afligido que Acude a Dios

 

Oración de un enfermo invalido

Señor, nosotros lo enfermos, nos acercamos a ti.
Somos los “inútiles” de la humanidad. En todas partes estorbamos.
No podemos dar nuestra parte a la economía maltrecha del hogar difícil.
Gastamos y consumimos dolorosamente los pobres ahorros en medicinas, en inyecciones, en apresuradas visitas al médico.
Todos sonríen, nosotros lloramos en silencio.
Todos trabajan; nosotros descansamos forzosamente. Quietud más fatigosa que la misma labor. No podemos levantar la silla que ha caído, ni acudir a la puerta que llaman, ni abrir la ventana al amanecer...
No nos es permitido soñar; ni amar a una mujer o a un hombre, ni pensar en un hogar, ni acariciar con los dedos de la ilusión las cabecitas de nuestros hijos.
Y sin embargo, sabemos...que tenemos reservada para nosotros una empresa muy grande: ayudar a los hombres a salvarse unidos a ti.
Haz, Señor, que comprendamos la sublime fuerza del dolor cristiano. Que conozcamos nuestra vocación y su sentido íntimo.
Recoge Señor, como un manojo de espigas, en tus manos clavadas, nuestra inutilidad, para que les des una eficacia redentora universal.
La salvación del mundo la has puesto en nuestras almas.
Que te defraudemos. Amén.

Oración por un niño enfermo

Señor, tú invitaste a los niños a venir hacia ti para poder poner tus manos sobre ellos y para bendecirlos.
Te suplicamos que extiendas ahora tu mano sobre este (a) niño (a) para aliviar su dolor, para librarlo (a) de todas sus dolencias.
Que tu misericordia le devuelva la salud del cuerpo y del alma, a fin de que, con corazón agradecido, pueda siempre amarte y servir siempre a su prójimo. Te lo pedimos a ti, que nos amas y vives por los siglos de los siglos. Amén.

Oración a la Virgen por los enfermos

Quedate Madre mía, a la cabecera de los enfermos, de todos los que, en este momentos, han perdido el conocimiento y vana morir, de los que han comenzado su agonía, de los que han abandonado toda esperanza de curación, de los que gritan y lloran de dolor, de los que no pueden curarse por falta de medios y tienen que estar inmóviles, de los que tendrían que acostarse, y la necesidad los obliga a trabajar, de los que buscan vanamente en la cama una postura menos dolorosa, de los que pasan noches interminables sin poder dormir, de aquellos a los que atormenta el pensamiento de una familia en la miseria, de los que tienen que renunciar a sus más queridos proyectos para el futuro, y, sobre todo, de los que no creen en una vida mejor, de los que se rebelan y maldicen a Dios, de los que ignoran que Cristo sufrió como ellos....
(F. Lelotte)

Oración por un enfermo

Señor Jesús, aquel (aquella) a quien amas está enfermo (a). Tú lo puedes todo; te pido humildemente que le devuelvas la salud.
Pero, sin son otros tus designios, te pido le concedas la gracia de sobrellevar cristianamente su enfermedad.
En los caminos de Palestina tratabas a los enfermos con tal delicadeza que todos venía a ti, dame esa misma dulzura, ese tacto que es tan difícil de tener cuando se esta sano.
Que yosepa dominar mi nerviosismo para no agobiarle, que sepa sacrificar una parte de mis ocupaciones para acompañarles, si es su deseo.

Yo estoy lleno de vida, Señor, y te doy gracias por ello. Pero haz que el sufrimiento de los demás me santifique, formándome en la abnegación y en la caridad. Amén

Oración por un enfermo grave

Señor, Jesucristo, Redentor de los hombre, que en tu pasión quisiste soportar nuestros sufrimientos y aguantar nuestros dolores; te pedimos por N..., que esta enfermo (a); tú que lo (a) has redimido, aviva en él (ella) la esperanza de su salvación y conforta su cuerpo y su alma. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

Oraciones del enfermo (1)

Señor, voy a comenzar un nuevo día, resuenan en mis oídos las palabras que dijiste:
“Aunque la madre olvide a sus hijos, yo jamás te olvidaré”. Sé que me miras con cariño Y me amas con ternura, porque estoy enfermo. Estoy debilitado físicamente, estoy preocupado por la enfermedad que se apoderó de mí. A veces, el sufrimiento me hace perder el gusto a la vida. Pero la fe me da la seguridad de que estás a mi lado, para ampararme, para consolarme, y para comunicarme la fuerza necesaria a fin de que no vacile en la hora del dolor y no me desanime en la hora del sufrimiento. Así como la madre demuestra todo su desvelo maternal y su amor cuando el hijo está enfermo, así yo creo, Señor, que tu bondad me va a proteger y guiar durante este día, ya que soy tu hijo y estoy enfermo. Te agradezco la noche que pasé, el descanso que tuve y las horas de vigilia que aproveché para pensar en ti. Te agradezco por el desvelo de aquellos que me cuidaron y me atendieron cuando lo necesite.

Ante la inseguridad que siento al comenzar este nuevo día, confío en ti, ya que todo lo que tengo y lo que soy te pertenece. El deseo de recuperarme y volver junto a mis seres queridos me hará enfrentar todo lo que sea preciso. En el esfuerzo de los que me atienden veré tu mano, Señor, que quiere levantarme y verme restablecido.

Los sacrificios que este día me reserva con tu ayuda quiero soportarlos pacientemente y las alegrías que por ventura siente, quiero compartirlas con quien esté sufriendo conmigo. En mi ansia de ser feliz haré todo lo que se me ordene, con la frente erguida y el ánimo sereno.

Te pido, Señor, que alivies los dolores de los que sufren más que yo. Bendice mi día y acepta mis sufrimientos; te los ofrezco en unión con los sufrimientos del Jesús. Amén.

(Hilario s.)

En nombre de Jesús
 

Oración del enfermo (2)

Señor, me coloco delante de Ti en actitud de oración. Sé que Tú me oyes, penetras y ves. Sé que estoy en Ti y que tu fuerza está en mí. Mira este mi cuerpo marcado por la enfermedad. Tu sabes, Señor, cuánto me cuesta sufrir. Sé que Tú no Te alegras con el sufrimiento de tus hijos.
Dame, Señor, fuerza y coraje para vencer los momentos de desesperación y de cansancio. Conviérteme en paciente y comprensivo, simple y modesto. En este momento, Te ofrezco todas mis preocupaciones, angustias y sufrimientos, para que yo sea más digno de Ti.

Acepta Señor que yo una mis sufrimientos a los de tu Hijo Jesús que, por amor a los hombres, dio la vida en lo alto de la cruz. Y ahora yo te pido, Señor: ayuda a los médicos y enfermeras a tener la misma dedicación y amor a los enfermos.

Amén.

Bendición de los enfermos

El Señor Jesús esté a su lado para defenderles, dentro de ustedes, para conservarles, delante de ustedes, para conducirles, atrás de ustedes para guardarles, encima de ustedes, para bendecirles.
El que reina por los siglos de los siglos.

Amén.

Oración por los enfermos

Padre, Señor absoluto de nuestra vida, enseña a .......(decir el nombre) a aceptar, de todo corazón, el sufrimiento físico o moral con un espíritu de abandono en las manos de tu Providencia, como un don de tu amor y una gracia destinada a enriquecer o purificar su alma. enséñale a aceptarlo libremente, sin quejas ni rencor, con un corazón magnánimo que se recusa a doblarse sobre sí mismo o a retraerse en una tibia resignación, con una fe profunda en la firme convicción de que Tú nos guias por el mejor camino, con una viva esperanza, convicto de que perspectiva apostólica por el bien de las almas y por las grandes intenciones de la Iglesia. y no solamente aceptarlo, sino ofrecerlo en un nudo de amor que desea dar siempre más.
señor generoso, vengo a pedirte por........a suplicarte que le des abundancia de gracias para su salud, para su cura total y por su bien espiritual.

quiero unirme a la oración de los que se dirigen a Ti y quiero substituir el silencio de los que no oran a Ti.

quiero presentarte todas las penas morales y las angustias de su corazón e invocar sobre ellos tu piedad y socorro.

Vengo a pedirte ayuda para las lágrimas más secretas de su alma, aquellas que sólo Tú conoces y puedes consolar.

El confort y el cuidado que mi caridad no consiguío darles, deseo obtenérselos por mi oración. Quiero unir  a mi humilde súplica todo mi ardor y mi deseo de hacer más felices a aquellos que sufren.

Haz que esta oración exprese, al mismo tiempo la donación más profunda de mí mismo y que ella así sea más ampliamente oída en beneficio de los enfermos.


Consagración del enfermo a Nuestra Señora

Querida Madre Tres Veces Admirable de Schoenstatt, espíritualmente quiero alabarte y consagrarme enteramente a ti.
Acéptame así como soy

Acepta cada pulsación

 

Oración para pedir la salud

Padre nuestro, que estás en los cielos, al igual que el sol ilumina la tierra y le da calor y vida, él nos recuerda tu amor. Porque es en ti en quien vivimos, nos movemos y existimos. De la misma manera que has estado entre nosotros muchas veces a la hora de la dificultad, en el pasado, continúa bendiciéndonos ahora con tu ayuda.
Mira, Señor, con bondad lo que se está haciendo en provecho mío. Guía con sabiduría al médico y a todos los que cuidan de mis necesidades. Préstales tu fuerza curativa, para que me sea devuelta la salud y la fortaleza. Y te daré gracias a tu generoso y solícito cuidado. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Oración para aceptar la voluntad de Dios

Has clavado, Señor, tu cruz sobre mi alma, sobre mi cuerpo, sobre mi corazón. Me ofreces el dolor y de todos los dolores eliges para mí el que tú sabes que más agudamente va a atrevesar mi corazón. Ayúdame, Señor, a soportar esta cruz sin amargura, sin abatimiento, sin consideración alguna sobre mí.

(Isabel Leseur)

Señor, me pongo en tus manos

Señor, he estado pensando mucho en mi vida. Me he preguntado: ¿Qué clase de cristiano soy? , si recién ahora, vuelvo a encontrarte, a descubrirte amigo, a hablar contigo...recién te descubro como NECESARIO en mi vida...
¡Tantas veces, sabiéndolo bien, te anduve huyendo! Jugándote a las escondidas haciéndote trampas, para no comprometerme contigo. Sí, ya, casi no rezaba...y la confesión y la comunión están ausentes de mi vida. Es cierto que, a veces, participaba de la Misa, pero quise hacer una religión cómoda y a mi gusto: bastante distinta de la que nos enseñaste.

Creo, que estar enfermo, me está haciendo mucho bien, me esta ayudando a recuperar realidades valiosas; me está dando la oportunidad de ordenar mi vida ¡ Gracias, Jesús, mi amigo!.

Señor, hoy me pongo en tus manos. Y quiero decirte que te pido perdón por todos mis pecados. Por todos. Y quiero pedirte mucha decisión y mucho valor, porque estoy sintiendo una gran necesidad de la CONFESIÓN y de la COMUNION. Y sé que debo hacerlo.

Señor, hoy me pongo en tus manos: por eso, dame la alegría de vivir como un CRISTIANO NUEVO. Como los que te aceptan como el  MAESTRO, sin discutir y seleccionar tus enseñanzas y mandatos. Dame la paz de tu perdón. Dame la fuerza de tu Cuerpo y de tu Sangre. Amén.

(E.Juan T.)
 

Señor, hágase tu voluntad

Padre de bondad, yo sufro, estoy postrado y no tengo fuerzas. En estos momentos me es difícil decir: “Hágase tu voluntad”. Pero en medio del desaliento, Señor, quiero decir sí a mi estado, a mis sufrimientos, a mi debilidad, a mi pobreza. Quiero aceptar lo mejor posible todo como venido de tus santas manos.
No permitas que mi sufrimiento sea inútil. Quizás alegra a alguien que no te conoce y no te ama o también a quien trabaja y lucha contigo.

El hijo tuyo ha mostrado, sobre la cruz, que el sufrimiento no es inútil. Te agradezco porque me haces comprender este misterio. Bendíceme, Padre: bendice a las personas que me ayudan y me acompañan. Bendice a todos aquellos que sufren como yo. Y, si quieres, concédenos la salud a mí y a los demás. Amén.

Señor, me creía solo

Yo no te había visto, me creía solo, solo en mi sufrimiento, solo en mi soledad. Y he aquí que la carga parece menos pesada a mis espaldas y sobre todo a mi alma. Y he aquí que mi mano se sentía arrastrada como por otra mano. Y he aquí que ya no estaba solo. Tú estabás allí. Señor, pálido, cansado, jadeante, abandonado como yo...por mí.
Y tu llevabas tu Cruz, una cruz mucho más pesada que la mia; y tú me ayudabas...Al principio no te había visto. Y cuando me siento terriblemente cansado, tampoco te veo y me lamento. Y sin embargo Tú estás allí.

 

Señor, transforma todos mis sufrimientos

Dios mío, deposito a tus pies mi carga, mis dolores, mis tristezas y mis sacrificios. Transforma todas mis pruebas en gozo y santidad, a favor de los que amo; en gracias para las almas, en preciosos dones para tu Iglesia. Amén.

(Isabel leseur)

Señor soy debil

Soy débil, mi Dios, y es muy posible que dentro de poco rehúse lo que ahora acepto. Por eso, me apresuro a ofrecerte todo y a pedirte la gracia de conservar siempre presente en mi espíritu el verdadero sentido del dolor, que no es sino el rescate del género humano contigo, Señor.
Ayúdame a contemplar amplios horizontes, pese a las cuatro paredes de mi habitación de enfermo. Amén.

(Un paralítico de viente años)
 

Invocación a Cristo

Cuando el dolor arrecie:
Me volveré a Cristo

Cuando la inyección duela:

Clamaré a Cristo.

Cuando la nostalgia golpee:

Buscaré a Cristo.

Cuando sobrevenga el miedo:

Me refugiare en Cristo.

Cuando el dolor me venza.

Me pondré en la Cruz con Cristo.

Cuando no me pueda levantar:

Estaré postrado con Cristo.

Cuando pierda una parte de mi cuerpo:

Se la ofrecere a Cristo.

Cuando no pueda dormir.

Vigilaré con Cristo.

Cuando me duela la cabeza:

Pensaré en las espinas de Cristo.

Cuando mi corazón desfallezca:

Recordaré el corazón traspasado de Cristo.

Cuando mis pies no se muevan:

Miraré los pies clavados de Cristo.

Cuando vea correr mi sangre:

Me uniré a la flagelación de Cristo.

Cuando viva abandonado:

Me abandonaré en la soledad de Cristo.

Cuando oiga palabras duras:

Recordaré los insultos dirigidos a Cristo.

Cuando me lleven a operar

Me uniré al vía crucis de Cristo.

Cuando tenga que lamentarme:

Oiré los lamentos de Cristo.

Cuando mi vida decline:

Abrazare la cruz con Cristo

Cuando me sienta morir:

Aceptaré morir con Cristo.

Después, quiero estar siempre con Cristo,

Imitar en todo a Cristo,

Y vivir en El, para siempre.

Amén.

(Hilario s.)
 

Oración del afligido que acude a Dios

Señor, no me corrijas con ira, no me castigues con colera. Misericordia, Señor, que desfallezco, cura Señor, mis huesos dislocados. Tengo el alma en delirio, y tu, Señor ¿hasta cuando?. Vuélvete, Señor, liberta mi alma, sálvame por tu misericordia. Porque en el reino de la muerte nadie te invoca, y en el abismo ¿quién te alabará?.
Estoy agotado de gemir: de noche lloro sobre el lecho, riego mi cama con lagrimas. Mis ojos se consumen irritados, envejecen por tantas contradicciones.

Apartense de mi los malvados, porque el Señor ha escuchado mis sollozos, el Señor ha aceptado mi oración. Que la vergüenza abrume a mis enemigos, que avergonzados huyan al momento.

Salmo 6

 

Mándanos tus intenciones de oración, las cuales incluiremos en nuestra misa y rosario diario.
Y en la misa de la Basílica de Guadalupe, una vez a la semana.

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